Piensa en cosas positivas...
Sobre todo, piensa en aprovechar cada minuto que pasa, porque el tiempo se va y no regresa. Y no olvides que tu cuerpo necesita del descanso, del ejercicio y del buen trato… así que no lo lastimes quedándote en desvelo pensando en cosas que muchas veces no tienen solución.
Llénate de propósitos y de buenos sentimientos.
Haz de tu hogar un lugar maravilloso: llénalo de luz y de energía positiva. Verás que así cada día te sentirás mejor. Y finalmente, dale gracias a Dios por todo lo que tienes y sonríe, que eso te dará fuerzas y felicidad.
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